El rey Carlos III retiró a su hermano Andrés el título de príncipe, decisión considerada un hecho relevante dentro de la historia reciente de la monarquía británica en una medida que se anunció después de años de cuestionamientos públicos por los vínculos de Andrés con Jeffrey Epstein y nuevas revelaciones divulgadas en las últimas semanas sobre su relación con personas sujetas a procesos judiciales.
La prensa británica reaccionó con portadas sobre la decisión, al igual que miembros del gobierno encabezado por Keir Starmer, quienes respaldaron la medida.
Analistas y comentaristas históricos señalaron que la decisión “marca un momento singular dentro de la Casa Real”, incluso se presentó una iniciativa legislativa con el objetivo de formalizar mecanismos para retirar títulos nobiliarios.
El caso continúa bajo investigación pública.
La policía de Londres examina información difundida por un medio de comunicación según la cual Andrés habría pedido a un agente de seguridad que buscara datos sobre Virginia Giuffre con el fin de desacreditarla.
Organizaciones antimonárquicas, como Republic, han expresado que estudian nuevas vías legales para indagar el caso desde la esfera civil y política.
El exduque de York se trasladará a la finca de Sandringham, propiedad privada del rey.
La fecha del cambio de residencia no ha sido confirmada y podría extenderse hasta inicios de 2026, según reportes de prensa.
Un reciente sondeo del instituto YouGov reportó que el 58 por ciento de las personas encuestadas consideró tardía esta decisión.
