La violencia que azota Hermosillo dejó una de sus escenas más trágicas este fin de semana, con el hallazgo de los cuerpos sin vida de tres niñas en el kilómetro 7 de la carretera 36 Norte, en la Comisaría Miguel Alemán. Las menores, según confirmó la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJES), eran hermanas: una de 9 años y dos gemelas de 11.
Los cadáveres fueron localizados por el colectivo Buscadoras Por La Paz Sonora, que reportó que dos de las niñas presentaban impactos de bala y fueron encontradas a la sombra de un árbol, en una zona rural que conecta la ciudad con áreas pesqueras y agrícolas. La organización también refirió, con base en datos preliminares, que los cuerpos podrían estar relacionados con el de una mujer hallada un día antes en la misma carretera.
Este domingo, la FGJES confirmó la relación: la mujer localizada sin vida el pasado 4 de julio era la madre de las tres menores. Tenía 28 años y fue identificada por familiares, quienes también reconocieron los cuerpos de las niñas ante el Ministerio Público.
La familia ha recibido acompañamiento psicológico por parte del Centro de Atención a Víctimas del Delito (CAVID) y apoyo institucional de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas.
La Fiscalía informó que el caso es investigado como una prioridad por la Dirección General de Homicidios, que ya lleva a cabo análisis de gabinete, trabajo de campo y peritajes de laboratorio para esclarecer los hechos. Además, el Gabinete de Seguridad del Estado se encuentra en reunión con autoridades municipales para coordinar estrategias ante la ola de violencia que atraviesa la capital sonorense.
El asesinato de las menores ocurre en medio de una escalada de violencia que ha estremecido a Hermosillo, donde tan solo este sábado se registraron múltiples ataques armados, y el viernes anterior, seis homicidios en un solo día. Esta crisis también ha tenido repercusiones sociales: organizaciones como Rescate Animal han anunciado la cancelación de sus actividades ante el clima de inseguridad, marcado por constantes “levantones” y asesinatos.
El contexto de violencia ha sido atribuido a la disputa territorial entre grupos criminales, particularmente facciones de Los Chapitos y Los Salazar, que buscan el control de la plaza en la región.
