A pocos días de asumir como presidente de Estados Unidos, Donald Trump señaló que México está «esencialmente» controlado por cárteles de las drogas.
En una conferencia de prensa en Florida, reiteró su intención de imponer tarifas a las importaciones mexicanas si el gobierno no actúa para frenar el tráfico de fentanilo y la migración hacia el norte.
Trump afirmó que millones de personas cruzan las fronteras de México y Canadá hacia Estados Unidos por lo que consideró que ambas naciones deben detener estos flujos.
Como presión para que México aplique políticas migratorias, aseguró que implementará «muy duras tarifas» sobre los productos que ingresen a su país desde ambos socios comerciales.
Asimismo, entre algunas de sus declaraciones destacan la de cambiar el nombre del Golfo de México por «Golfo de América», pues «suena más bonito».
Según el presidente electo, este nuevo nombre sería «apropiado» y representaría una nueva etapa en la relación con los países vecinos.
Estas declaraciones se suman a sus constantes advertencias sobre designar a los cárteles como organizaciones terroristas.
Además, durante su campaña, Trump sugirió la aplicación de aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá.
Por su parte, la presidente de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ha respondido a estas amenazas haciendo «un llamado al diálogo y la cooperación».
En noviembre, enfatizó que los problemas compartidos, como el consumo de drogas y la migración, «no se resolverán con medidas unilaterales».
Sheinbaum Pardo expresó: «Se requiere de cooperación y entendimiento recíproco para enfrentar estos grandes retos».
