En el Estado de Sonora, el calor extremo alcanzó los 52 grados centígrados a la sombra este año, es un fenómeno que no solo ha provocado la muerte de 48 personas, sino que también mantiene al 100 por ciento del territorio estatal en una situación de sequía.
Las altas temperaturas y condiciones extremas también afectaron a otras 692 personas en su estado de salud.
Datos del Informe Epidemiológico de Temperaturas Naturales Extremas de la Secretaría de Salud estatal indican que la temporada de altas temperaturas en la entidad fue reportada del 17 de marzo al 15 de octubre.
En años anteriores, el número de defunciones por calor también representó un problema significativo, de acuerdo con el mismo informe, entre 2018 y 2023 se reportaron un total de 343 defunciones por calor en Sonora.
La Secretaría de Salud de Sonora y los expertos en cambio climático coinciden en que el calor extremo es un problema grave que requiere medidas preventivas y de mitigación, considerando que las altas temperaturas en Sonora son de las más agresivas del país, debido a su ubicación geográfica y su clima desértico.
Históricamente el calor sonorense ha sido uno de los más mortales en México, de acuerdo a datos de la Secretaría de Salud nacional ha causado al menos 516 muertes en 22 años (de 1998 a 2016).
Al respecto, José Eduardo Calvario Parra, profesor investigador del Colegio de Sonora en el Centro de Estudios en Salud y Sociedad, expuso que la población en pobreza o en mayor vulnerabilidad social son los que tienen más impactos dañinos.
Mencionó que existe una sobremortalidad masculina en el caso de Sonora, ya sea por altas y bajas temperaturas derivados del mismo contexto de vulnerabilidad social siendo las ocupaciones como la albañilería y las agrícolas la de más casos de personas afectadas.
También afectó a la ganadería y agricultura
A esto se suma la disminución en el precio de los granos en el mercado internacional que desde el 2023 ha impactado a los productores, ya que han vendido entre 285 y 300 dólares la tonelada de cultivos como el trigo, lo que está por debajo de años anteriores.
“Está en riesgo el ciclo otoño- invierno que comprende el 2024 y 2025 porque se pudieran dejar de sembrar alrededor de 320 mil hectáreas, productos tanto en el Yaqui y Mayo”, expresó.
Para solventar sus pérdidas, algunos productores regionales decidieron vender sus equipos y maquinaria con la intención de obtener recursos, confirmó Álvaro R. Bours, presidente de la Asociación de Organismo de Agricultores del Sur de Sonora (Aoass).
Esto debido a que el panorama se estima poco alentador debido a que al 30 de noviembre, según el Monitor de Sequía, el 100 por ciento del territorio enfrenta una condición de sequedad, incluso el 89 por ciento está entre sequía moderada y extrema.
De forma paralela a los agricultores, los productores de ganado en Sonora tuvieron que vender sus reses para aminorar los impactos provocados por la sequía y las altas temperaturas, reveló Juan Ochoa Valenzuela.
El presidente de la Unión Ganadera Regional de Sonora indicó que se ha perdido más del 50 por ciento del hato de la entidad en los últimos años, incluso se establecieron nuevos récords por la venta de reses.
“El problema sí es complejo, hay que trabajar en una solución futura, el presente ya llegó, no nos hemos preparado para un futuro que yo creo que va a seguir siendo la falta de lluvia”, resaltó.
De acuerdo al Gobierno de Sonora este año, desde junio, se rompió la marca de ganado exportado al contabilizar 354 mil 480 cabezas, incluso el precio se elevó a 130 pesos por kilogramo en pie.
Además, el cierre reciente de la frontera causado por el gusano barrenador mantiene alrededor de tres mil reses varadas en Sonora en espera de reactivarse la exportación en enero.
Esta situación ha causado que a lo largo del año los agricultores sonorenses hayan tomado la decisión de reconvertir sus cultivos por aquellos que utilizan menos recurso hídrico, mientras que en la zona del Valle del Yaqui y del Mayo, en el sur de la entidad, se dejaron sin sembrar alrededor de 300 mil hectáreas, dijo Luis Antonio Cruz Carillo, presidente del Distrito de Riego del Río Yaqui.
El 2024 ha sido uno de los años más críticos para la entidad en lo que respecta a la escasez de agua, ya que la falta de lluvias y las altas temperaturas han ocasionado que incluso el sistema de presas reportó 10.8 por ciento de su capacidad total en abril, de acuerdo a la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Las precipitaciones que se registraron durante el verano permitieron un ligero incremento en la cantidad de agua acumulada en las 10 presas que forman parte del sistema estatal, por lo que al 5 de noviembre se cuenta con un 17 por ciento del almacenaje.