Antes de que comenzara el ciclo agrícola actual, se estimaba que las pérdidas económicas para el sector agrícola y la economía local, debido a la falta de siembra, rondarían los 15 mil millones de pesos. Sin embargo, a medida que han transcurrido los meses y la situación ha evolucionado, esa cifra se ha incrementado de manera considerable.
Actualmente, las proyecciones indican que las pérdidas podrían ascender a 18 mil millones de pesos o incluso superar esa cifra, lo que refleja un impacto económico más grave de lo inicialmente previsto.
Esta tendencia en aumento refleja las graves consecuencias que la ausencia de actividad agrícola está ocasionando, no sólo en los productores, sino también en la comunidad y en la economía en general.
CONTINÚA INCERTIDUMBRE
Mario Pablos Domínguez, presidente de ARIC Tres Valles, expresó que en la actualidad existe una gran preocupación e incertidumbre en el sector agrícola, debido a la difícil realidad que enfrentan y que se complica cada vez más.
El también tesorero del Distrito de Riego del Río Yaqui (DRRY), indicó que inicialmente se hablaba de unas 150 mil hectáreas que quedarían sin sembrar sólo en el Valle del Yaqui, pero que esa cifra sigue en aumento y podría llegar a las 180 mil.
Lo anterior, mencionó, debido a la desmotivación de los productores para sembrar, ante la falta de rentabilidad de los cultivos que si fueron autorizados para permisos de siembra.
Además, resaltó, entre el Valle del Yaqui y Mayo se estima que 4.5 millones de jornales no se van a activar, es decir, que no existirá empleo para esa cantidad de personas.
“El impacto negativo de la falta de siembra continúa creciendo. Se habla de unas 230 mil hectáreas afectadas entre los dos valles, y esa cifra podría llegar a las 280 mil, con una pérdida económica de al menos 18 mil millones de pesos. El impacto de la sequía es sumamente grave. Por eso hemos insistido en que se declare área de emergencia por desastre natural, para que se activen los programas de apoyo, los cuales, hasta la fecha, no han sido anunciados”, indicó.
Comentó que, como alternativa para sobrellevar esta situación, en la organización que preside optaron por sembrar alrededor de 700 hectáreas de garbanzo, debido a que es un cultivo de bajo consumo de agua, pero que aún están “en ascuas” respecto a la rentabilidad que les generará en el futuro.
SIGUEN EN ESPERA
Luis Cruz Carrillo, gerente del Distrito de Riego del Río Yaqui (DRRY) y presidente de la Asociación de Productores Hortícolas del Yaqui y Mayo (Aphym), expresó que continúan a la espera de incentivos por parte de los gobiernos para el sector agrícola, con el fin de ayudar a sobrellevar la difícil situación que atraviesan.
Reconocen que salir de esta problemática requiere un esfuerzo coordinado, señaló, por lo que recientemente propusieron al Gobierno estatal la creación de un fideicomiso para apoyar la siembra, en el que tanto los productores como las dependencias aportarían recursos, con el objetivo de sacar adelante el ciclo agrícola.
Explicó que, actualmente, la siembra de cártamo es la más rentable, pero sigue siendo un cultivo que no compite con las ganancias que generaba el trigo y que por ello, están solicitando a los gobiernos apoyo de siembra para este cultivo, que tiene autorización para sembrar hasta 30 mil hectáreas.
Indicó que están pidiendo 150 millones de pesos al Gobierno estatal o federal, a lo que los productores aportarían otros 600 millones, lo que permitiría inyectar 750 millones de pesos a la economía y hacer viable el ciclo agrícola con cártamo de manera rentable.
Estamos solicitando 5 mil pesos por hectárea de cártamo, un cultivo ya conocido por los productores. En el programa de siembra, debido a que es un producto de bajo consumo de agua, se tiene prevista la siembra de 30 mil hectáreas, de las cuales ya se han logrado establecer 900. Necesitamos incentivar esta siembra para que se lleve a cabo”, destacó.
Manifestó que de las 60 mil hectáreas disponibles para permisos de siembra, al día de hoy solamente se ha solicitado la mitad de estos, lo que refleja el “miedo” que tienen los productores de apostarle a cultivos de los que no tienen conocimiento, aunque sean de bajo consumo de agua.
Los cultivos que se pueden llevar a cabo actualmente, expresó, es exclusivamente con agua de pozo y en terrenos cercanos a estos, lo que incrementa las complicaciones para los productores.
NO HAY INTERÉS
Humberto Borbón Valencia, director del Distrito de Riego del Río Yaqui (DRRY), informó que, aunque existe una amplia disponibilidad de permisos para sembrar cultivos de bajo consumo hídrico, los productores no muestran interés en ellos debido a su baja rentabilidad.
Aseguró que estos cultivos tienen precios de mercado mucho más bajos en comparación con el trigo, que era el cultivo tradicional en la región, y que los costos de producción no permiten obtener márgenes de ganancia satisfactorios.
“Lo que deje de circular en economía en la región podría ser mucho más recurso del que se tenía estimado, de no haber algún incentivo o plan emergente para los cultivos de baja demanda que se están proponiendo, podría aumentar significativamente, trayendo más efectos negativos a la región”.
“PEGARÁ” DURO
La Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Cajeme advirtió sobre el impacto negativo que tendrá la falta de circulante en la economía local debido a la escasez de siembras, lo que representa un reto importante para la actividad comercial, afectando directamente las ventas de los negocios locales y la estabilidad financiera de las familias del Sur de Sonora.
Gustavo Cárdenas García, presidente de la Cámara, explicó que la situación económica en el municipio se complicará aún más debido a la escasez de siembra y el flujo de efectivo que normalmente genera la actividad agrícola.
Recordó que Cajeme depende en gran medida de la agricultura, y la pérdida de al menos 160 mil hectáreas de cultivos afectará a toda la cadena de suministro, lo que a su vez repercutirá en el comercio local y en las economías familiares.
“Viene un año muy complicado, económicamente hablando, por la falta de siembra y el flujo de efectivo que la actividad agrícola representa para Cajeme. Vivimos de la agricultura, y si a los agricultores les va mal, toda la cadena de suministro se ve afectada. Somos un municipio agrícola y estamos dejando de sembrar 160 mil hectáreas”, indicó.