El gobierno de Rusia, encabezado por Vladimir Putin, confirmó el inicio de la fabricación en serie del misil hipersónico Oreshnik.
Durante una reunión con altos mandos, Putin destacó las capacidades de esta arma, diseñada para alcanzar objetivos estratégicos a distancias de entre 3 mil y 5 mil 500 kilómetros, y calificó su desarrollo como «un paso importante para la defensa del país».
El misil, utilizado recientemente en un ataque contra una fábrica en la ciudad ucraniana de Dnipró, se basa en el modelo RS-26 Rubezh. Según el Kremlin, este sistema se clasifica como «una herramienta táctica de alta precisión».
Además, Putin enfatizó que el Oreshnik puede alcanzar velocidades de Mach 10, lo que equivale a 12,350 km/h, y llevar múltiples cargas que complican su detección e interceptación.
El desarrollo del Oreshnik coincide con un contexto de competencia internacional en el ámbito militar. Tras el fin del tratado de fuerzas nucleares de alcance intermedio en 2019, tanto Rusia como Estados Unidos han avanzado en proyectos armamentísticos de largo alcance.
Desde Moscú se asegura que el nuevo misil coloca a Rusia en una posición privilegiada, mientras que expertos del Pentágono han señalado que su fabricación es costosa y de producción limitada.
El despliegue de estas armas pone en alerta a diversas regiones, ya que el alcance del Oreshnik le permite cubrir casi toda Europa y, desde ciertas ubicaciones, alcanzar objetivos en Estados Unidos.
El Kremlin, por su parte, ha indicado que los desarrolladores del sistema recibirán reconocimientos oficiales por su contribución a la innovación militar.