En un evento de campaña en Raleigh, Carolina del Norte, el expresidente Donald Trump advirtió que impondría aranceles a todas las exportaciones de México si la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no atiende el flujo de migrantes y drogas en la frontera entre ambos países.
Trump, quien busca un segundo mandato presidencial en las elecciones de este martes, indicó que esta medida tiene como objetivo reducir los cruces ilegales y combatir la emergencia sanitaria en Estados Unidos causada por el tráfico de fentanilo.
Trump detalló que, de ser elegido, comenzaría aplicando un arancel del 25 por ciento a todos los productos mexicanos que ingresen a Estados Unidos, con la posibilidad de incrementarlo hasta un 100 por ciento si no observa cambios significativos en la situación fronteriza. En sus palabras, el expresidente señaló que esta advertencia sería comunicada a Sheinbaum Pardo desde su primer día en la Casa Blanca, o incluso antes, para que tome medidas en el tema.
El expresidente recordó a sus seguidores que México es actualmente el principal socio comercial de Estados Unidos, aunque afirmó que esto se debe a una supuesta «estafa» facilitada por la administración del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, su contrincante en la elección. Trump expresó que México se ha beneficiado de esta relación comercial y lo acusó de aprovecharse del país vecino con el apoyo de la actual administración estadounidense.
Trump insistió en que su política de aranceles impulsaría la repatriación de empresas estadounidenses, pues cree que esta medida fortalecería la economía del país. A pesar de su enfoque, analistas económicos han señalado que un incremento en los aranceles podría provocar un alza en la deuda y la inflación, contraviniendo los efectos positivos que Trump espera de sus políticas.
En caso de que no se logre una cooperación efectiva por parte de México en el control de la frontera, Trump advirtió que los incrementos arancelarios serían una constante, elevándolos a un 50, 75 o incluso 100 por ciento, como una medida de presión para resolver el problema del tráfico de drogas y el flujo migratorio.