José Raúl Mulino asumió la presidencia de Panamá para el periodo 2024-2029 con el firme compromiso de revitalizar la economía y abordar la crisis migratoria en la selva del Darién, en la frontera con Colombia.
«Juro a Dios y a la patria, cumplir fielmente la Constitución y las leyes de la República», declaró Mulino al recibir la banda presidencial en un emotivo acto celebrado en el Teatro Anayansi del Centro de Convenciones Atlapa, en Ciudad de Panamá.
Promesas de un gobierno transformador
En su primer discurso como presidente, Mulino prometió trabajar arduamente para mejorar la calidad de vida de los panameños. «Trabajaré duro para que todos los panameños tengan un mejor país donde crecer, vivir dignamente y desarrollar sus talentos», afirmó.
Mulino también subrayó su compromiso de reactivar la economía y promover el progreso: «A los ministros y funcionarios entrantes les pido ante toda la nación comprometerse a hacerlo distinto. Ayúdenme a volver a enaltecer el valor del servicio público y salgamos en cinco años con la frente en alto, habiendo sido parte de una verdadera transformación del país».
El nuevo presidente destacó la necesidad de una reforma integral del Estado y prometió realizar anuncios al respecto en su debido momento.
Experiencia y continuidad
Mulino, abogado de 65 años y exministro de Seguridad, fue elegido el pasado 5 de mayo. Su candidatura sustituyó a la del exmandatario Ricardo Martinelli (2009-2014), quien no pudo participar en los comicios debido a una condena por lavado de activos.
En su discurso, Mulino recordó su participación en el gobierno de Martinelli, destacando su «orgullo por haber sido parte de una administración que «nos hizo soñar en grande y que el presidente Ricardo Martinelli, mi amigo, lideró en beneficio del pueblo».
Personalidades internacionales en la investidura
La ceremonia contó con la presencia de destacadas personalidades internacionales, como el rey de España, Felipe VI; los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; Costa Rica, Rodrigo Chaves; República Dominicana, Luis Abinader; Honduras, Xiomara Castro; y el primer ministro de Belice, Juan Briceño.
Soluciones para el Canal de Panamá y el turismo
Mulino anunció que una de sus prioridades será resolver los problemas de agua que afectan al Canal de Panamá. Para ello, planea llevar a cabo una reforma legislativa que permita a la operaria del canal acceder a terrenos para construir embalses de gran tamaño. Estos embalses son necesarios para asegurar el suministro de agua al paso fluvial, que ha sido afectado por condiciones climáticas adversas.
El presidente también tiene en mente un proyecto similar al Tren Maya de México para reactivar el turismo. Estas iniciativas forman parte de una estrategia más amplia para estimular la economía y enfrentar el endeudamiento externo de la nación, que alcanza los 49.800 millones de dólares, superando el 50% del Producto Interno Bruto. Mulino planea realizar recortes significativos en el gasto público y centrarse en la recaudación efectiva de impuestos.
Enfrentando la crisis migratoria del Darién
Mulino también se comprometió a repatriar a migrantes y terminar con «la odisea del Darién». Aunque reconoció que su propuesta es más filosófica que material, enfatizó que el proceso de repatriación se realizará con ayuda internacional y respetando los derechos humanos.
El Darién es un peligroso punto de paso para los migrantes procedentes de Sudamérica que buscan llegar a EE. UU. En 2023, se estima que más de medio millón de personas atravesaron esta selva, muchas de ellas víctimas de bandas criminales y las inclemencias del terreno.
«Panamá no será más un país de tránsito para los ilegales», declaró Mulino. Añadió que apelará a la solidaridad internacional y buscará soluciones con los países involucrados, especialmente con EE. UU., el destino final de muchos migrantes.
En la víspera de su investidura, Mulino se reunió con el secretario de Seguridad Interior de EE. UU., Alejandro Mayorkas, para discutir esta crisis humanitaria. Según la oficina del presidente electo, Mulino reafirmó su compromiso de trabajar con EE. UU. para encontrar soluciones efectivas y destacó su firme propósito de combatir el negocio alrededor de la migración irregular. Se espera que ambos países firmen un acuerdo para la repatriación de migrantes.