La Cancillería de Ecuador ha anunciado el cese de operaciones de sus consulados en México, específicamente en la Ciudad de México y Monterrey, a partir del 15 de mayo. Esta decisión, en respuesta a la ruptura de relaciones bilaterales, ha dejado a la comunidad ecuatoriana en México en un estado de incertidumbre y preocupación.
A partir del 16 de mayo, los servicios consulares para los ciudadanos ecuatorianos residentes en México serán redirigidos hacia las oficinas consulares en Guatemala, Houston y Phoenix. Sin embargo, esta transición no ha sido recibida con beneplácito por parte de la comunidad migrante.
William Murillo, presidente de una organización de asesoría legal para migrantes en Estados Unidos, ha expresado su inquietud ante esta medida. Señala que deja desprotegidos a decenas de miles de ecuatorianos en México, muchos de los cuales enfrentan graves riesgos como secuestros y la amenaza del crimen organizado. Además, advierte sobre el peligro potencial de un aumento en el tráfico ilegal de migrantes debido a la ausencia de representación consular en el país.
La ruptura de relaciones entre Ecuador y México se remonta al incidente diplomático ocurrido hace poco más de un mes, cuando la policía ecuatoriana ingresó a la embajada mexicana en Quito y arrestó al exvicepresidente Jorge Glas, quien se encontraba bajo asilo político. Este acto desencadenó una ola de condenas por parte de organismos internacionales hacia Ecuador, así como una demanda presentada por México ante la Corte Internacional de La Haya.
Los roces entre ambos países se intensificaron con las declaraciones del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en torno a las elecciones en Ecuador, donde resultó ganador el presidente Daniel Noboa. Estas declaraciones llevaron al gobierno de Noboa a declarar persona non grata a la embajadora mexicana, marcando un punto crítico en las relaciones bilaterales.
Esta crisis diplomática no sólo afecta a las esferas políticas de ambos países, sino que también tiene un impacto directo en la vida de los ciudadanos, especialmente aquellos que residen fuera de sus fronteras. La incertidumbre y la falta de representación consular plantean desafíos significativos para la comunidad ecuatoriana en México, quienes se encuentran en medio de una situación geopolítica compleja y cambiante.
